No hay cosa más fea que acudir como invitado a una cena con las manos vacías. Algo de postre, algún aperitivo o incluso unas flores son un detalle que tus anfitriones agradecerán. Aunque una –o dos– botellas de vino son, indiscutiblemente, el detalle más top. El vino siempre es bienvenido. Lo normal es que se abra la botella que el invitado aporta y el anfitrión guarde para otra ocasión el vino que tuviera pensado abrir.
Pero la diferencia entre cubrir el expediente, quedar bien y dejar con la boca abierta a los comensales está en la elección del vino. He ahí la gran duda: ¿qué vino llevo? Si compras uno muy caro, parecerás pretencioso; si llevas el de siempre, serás poco original; y si te dejas aconsejar en tu bodega de confianza, quedarás bien, sin más.
En cambio, si el vino está especialmente pensado para el tipo de cena a la que vas a asistir, y además eres capaz de contar algún detalle, historia o nota de cata, quedarás la mar de bien.
Valores seguros para una cena formal
Primer plato, segundo y postre. Cubiertos de carne y de pescado, decoración en la mesa y servilletas de hilo. Si acudes como invitado a una cena formal, ya sea entre amigos o familia, la mejor opción para acertar con el vino es recurrir a los valores seguros. ¡Ojo!, no hay que caer en el error de pensar que en este tipo de ocasiones hay que dejarse la cartera.
Los anfitriones valorarán mucho más que los obsequies con un vino que cuente una historia, que sea equilibrado y elegante para realzar la comida y especial al mismo tiempo, como el Viña Albali Gran Selección. Se trata de vino monovarietal de la Denominación de Origen Valdepeñas, que se elabora con uvas tempranillo procedentes de viñedos viejos que se vendimian a mano. Un vino color rubí con reflejos púrpura, afrutado y con un toque balsámico, ideal para una cena con un poco de protocolo.
Por supuesto, un reserva siempre es una excelente forma de agradecer la invitación. En este caso, bien podemos presentarnos con un Viña Albali Reserva, también D.O. Valdepeñas y elaborado con uvas de la variedad tempranillo. Con un color rojo cereza y un expresivo componente tánico, resulta muy agradable al paladar dejando un final suave y duradero. Y si la ocasión lo merece, un gran reserva puede ser tu gran baza. Con uva Tempranillo y Cabernet Sauvignon, el Viña Albali Gran Reserva de Familia es potente y muy sabroso, con un agradable y duradero posgusto.
Finger Food: la cena informal que pasa de cubiertos… ¡pero no de copas!
El finger food es tendencia culinaria, aunque en España llevamos practicando el picoteo informal toda la vida. La dificultad de elegir un vino para una cena de este tipo es que suele haber muchos bocados diferentes que pueden ir desde pequeñas delicatessen muy elaboradas a tablas de embutidos y quesos, pasando por una infinidad de canapés, tapas y pinchos.
Para acertar, os recomendamos elegir un vino amplio, de tal forma que vaya bien y no reste protagonismo a ninguna elaboración. Como el Viña Albali Tempranillo Shiraz. Su aroma a frutos rojos, ciruela madura y arándanos lo hace cálido e ideal para combinar con tapas, embutidos y quesos.
Burbujas para empezar bien la velada
Atención a esta original ideal. ¿Qué tal si apuestas por burbujas para comenzar la velada y acompañar el aperitivo a modo de bienvenida? Os proponemos el vino carbónico Viña Albali Frizzante 5.5 Verdejo, un vino que se toma muy frío y alcanza el perfecto equilibrio de alcohol, acidez y dulzor., con aromas de fresa y frutos del bosque
Su baja graduación de alcohol y el aroma a fresa y frutos del bosque, lo hace ideal para tomar solo o para acompañar a los aperitivos. Aunque… ¿por qué no durante toda la cena?
Niguiris, sashimi, makis y temakis… sushi para cenar y maridar
En las izakayas o tabernas en Japón es muy habitual ver cómo los comensales acompañan la comida con té caliente o con sake. De hecho, la propia palabra izakaya proviene del término ‘tienda de sake’. Ahora bien, nuestro paladar aún no está muy acostumbrado a esta bebida de arroz fermentado que se puede tomar fría, tibia o caliente. De modo que, si quieres triunfar, mejor no arriesgar tanto y ofrecer un buen vino. Aunque el pescado crudo sea el protagonista.
A la hora de elegir el maridaje debemos tener en cuenta la presencia del azúcar y el vinagre con el que se adereza el arroz, el alga nori, el punzante wasabi y la potencia del jengibre encurtido. El Viña Albali Verdejo Sauvigon Blanc, de la D.O. Valdepeñas, es un vino blanco fresco y afrutado, con aromas cítricos que combinará a la perfección con la complejidad de sabores y matices del sushi.
Y, si además de sushi la cena cuenta con otras especialidades japonesas, como fideos udon o soba con caldo dashi, tempura o incluso algo de carne en la plancha teppanyaki, este elegante vino seguirá siendo igual de oportuno.
Un guiño eco para una cena vegana
Una cena vegana no está reñida, en absoluto, con el vino. Seguro que tus anfitriones no tienen previsto acompañar la velada con smoothies de hortalizas o zumo de wheatgrass o hierba de trigo. Eso sí, les encantará un guiño eco.
Acertarás con un vino orgánico, como el Viña Albali Tempranillo Ecológico, un vino de la IGP Tierra de Castilla elaborado según los estándares y normativa de la agricultura ecológica. Solo se emplean abonos orgánicos naturales, los viñedos están libres de fertilizantes y plaguicidas, la uva se recoge manualmente y en la bodega se realizan todos los procesos con los mismos criterios.
Armonías para sabores internacionales y exóticos
Cada vez tenemos más cultura viajera y cada día apreciamos y conocemos mejor las cocinas de otras latitudes. Gracias a que ya es posible encontrar cerca de casa ingredientes que hasta hace poco eran inaccesibles, la gastronomía nos permite viajar a México o al sudeste asiático sin salir de la cocina, pasando por el Cáucaso, el Magreb o el norte de Europa (lo que, en tiempos de pandemia es, además, todo un alivio).
Tanto si la cena va de guacamole y cocinita pibil, de hummus y tajín de pollo con limón y aceitunas o de pato laqueado y cerdo agridulce, os recomendamos apostar por un tinto joven
El objetivo es que no tenga tanto carácter y presencia como para anular la comida, pero que tampoco sea tan suave como para pasar desapercibido. El Viña Albali Tempranillo es un vino joven con un ligero paso por barrica. Sedoso en boca, con taninos maduros, este vino será un excelente compañero de viaje.
Ahora bien, si el destino de la cena está en India, con su estimulante mezcla de colores, aromas y especias, la cosa se complica. El picante dificulta mucho el maridaje. Para una cena en la que puede haber fuego en los platos, os proponemos poner chispas en la copa, con un vino frizzante. El Viña Albali Frizzante Rosado, con baja graduación alcohólica, resulta refrescante y un tanto goloso, lo que creará un contraste delicioso con curris y tandooris.
Risottos, caldosos o paellas, la mejor propuesta para el arroz
Quizá la paella sea el plato de la comida del domingo por excelencia. Aunque cada vez son más las cenas en las que el arroz es protagonista, ya sea preparado en paella, en un guiso caldoso para comer con cuchara o al estilo italiano en un buen risotto.
A la hora de elegir un vino para acompañarlo nos encontramos en todos los casos con la misma dificultad. El arroz es tan versátil que resulta complicado saber qué elegir. Se puede cocinar con carnes y embutidos, con mariscos, con pescado, con conejo y caracoles, con pera y queso azul, con verduras, con foie o con setas.
Ante la duda lo mejor es elegir un vino blanco no demasiado ligero, que tenga algo más de estructura e incluso algo de crianza, como el laureado Viña Albali Crianza. Con aromas complejos de frutos rojos maduros, roble y especias, resulta exquisito para dejarse llevar por su agradable y prolongado sabor.
Otra buena opción, muy de moda, es optar por un vino rosado, como el Viña Albali Rosado con uva tempranillo, equilibrado y refrescante. Y, atención, cada vez es más habitual maridar los platos de arroz con vinos espumosos. La burbuja, frescura y acidez de estos vinos son perfectas para el arroz.
El vino para el postre, un gran acierto
A la hora del postre, el vino suele ser el gran olvidado. Así, seguro que todos los asistentes agradecen el detalle de una botella con la que terminar la velada. Lo ideal es apostar por un vino dulce.
No obstante, ¡ojo!, evita caer en la trampa de un vino demasiado dulce que, combinado con el postre, también dulce, podría hacer de la combinación algo muy empalagoso. Esos vinos son mejores para acompañar los aperitivos o un plato, por ejemplo, de foie. Para maridar el postre, una opción excelente podría ser el Viña Albali Semidulce, que resulta fresco, afrutado y solo ligeramente dulce.
Esperamos que con esta selección que te hemos ofrecido, acudas a tu cena con la seguridad de acertar y disfrutar de la velada.
